Librería Oficial de Cris Romero

Testimonio: Dios me encontró en mi noche más oscura

Hubo un tiempo en que me levantaba solo porque mi cuerpo lo hacía pero mi alma ya no quería seguir. Nadie lo notaba. Sonreía en reuniones, servía en la iglesia, respondía “bien, gracias” cada vez que alguien preguntaba.

Pero por dentro, estaba rota.

Había intentado orar, pero solo lloraba. Intenté hablarlo, pero me sentía incomprendida. La culpa de sentirme así —siendo cristiana— me hundía más. Llegué a pensar que quitarme la vida sería un alivio para todos.

Hasta que una noche, sola, desesperada, grité: “¡Dios, si todavía estás aquí, háblame!”

No escuché una voz. Pero sí sentí algo que no había sentido en meses: paz.

No me juzgó. No me exigió. Solo me abrazó en el silencio. Al día siguiente, alguien me envió un versículo sin saber nada:

“Aunque pases por las aguas, yo estaré contigo.” — Isaías 43:2

Lloré. Me rendí. Y ahí comenzó mi verdadera sanidad.

Empecé terapia. Le conté mi verdad a alguien de confianza. Dejé de ocultar mis heridas. Y entendí que Dios no me quería perfecta. Me quería viva.

Hoy puedo decir con certeza: Jesús me rescató del abismo. No solo me salvó la vida… me devolvió la esperanza.